viernes, 7 de marzo de 2014

¡Mi primera publicación!

Hoy me encuentro especialmente orgulloso. Y es que, en los libros de Educación Primaria, aparecerá a partir de ahora un texto redactado, ni más ni menos que por un servidor. A riesgo de autopiratearme, como orgulloso autor que soy dejaré aquí un fragmento de mi obra:

Ya era hora de que los libros de Lengua 
Castellana incluyesen esta materia en el temario.


Es difícil de describir lo que siento en estos momentos al ver mi nombre junto a esta valiosa herramienta que instruirá a las futuras generaciones. Uno no puede negar la necesidad de acostumbrarse a los nuevos tiempos, y con ello al lenguaje SMS: una manera de expresarse concisa, elegante y, ante todo, económica. 

A continuación se resumen algunas de las normas básicas que tiene el lenguaje del móvil:

-Se escribe un solo signo de interrogación y no se utilizan los acentos.
-En muchas palabras se suprime la h.
-Se aprovecha el sonido de las consonantes (t=te, k=ca, kb=cabe).
-Si hay muchas consonantes, te imaginas las vocales (kdmos?=¿quedamos?).
-La ch se convierte en x (mxo=mucho).
-La ll se convierte en y (ymme=llámame).
-Los signos y las cifras valen por lo que significan o por lo que suenan (salu2=saludos).
-Se escriben palabras en inglés, tal como suenan: plis (please), ailvu (I love you).
-Se ahorra al máximo: +te (súmateapúntate, como invitación a una fiesta).
-Regla de oro: todo lo que se entiende, sirve.

No deja de parecerme una escritura llena de encanto; ciertamente entrañable. Habrá quien critique mi regla de oro "si se entiende vale", pero, ¿Acaso no es esto lo que siempre tendemos a hacer? ¿No es nuestra máxima día a día? El Castellano se moderniza para adaptarse a nuestras costumbres y a nuestro modo de pensar. 

Siempre he aclamado las virtudes del "lenguaje SMS", y desde el primer momento me ha maravillado su versatilidad: pudiendo escribir letras sueltas, ¿para qué molestarse en poner la palabra entera, o más aún, con mayúsculas y acentos?  Por mi parte, jamás he recibido SMS que me haya suscitado dudas en cuanto a su contenido; y si ese hubiera sido en caso aplicaríamos la segunda máxima: "Cualquier interpretación que se dé al mensaje, sirve" (esto lo explico detenidamente más adelante en el capítulo, y desde aquí animo a cualquier erudito a su lectura).  

Es innegable que esto es parte de nuestra evolución, y que esta tendencia nos llevará a expresarnos oralmente con esta misma entrañable simplicidad. Por mi parte, me quedo tranquilo al haber aportado mi granito de arena para que las nuevas generaciones tengan una guía clara sobre el lenguaje SMS. 



Puedes leer aquí la entrada original.(Aunque esta es más divertida!)

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